IN MEMORIAM DE HERNÁN MALO GONZÁLEZ
DOI:
https://doi.org/10.33324/uv.vi1.119Abstract
No se escoge ni el día ni el modo de morir. No se escoge ni el día ni la hora de nacer. Se nos escoge el nacimiento desde fuera y se nos acumula la muerte desde adentro. Pero uno escoge, salvo en circunstancias de extrema miseria biológica, desnutrición y opresión social, el temple del vivir. Uno le da sentido a la propia vida y uno hace que la propia muerte sea luz que alumbre el pasado vivo u obscuridad que entenebrezca para siempre el pasado muerto.